En plena Semana Santa nos hemos
encontrado con la renuncia de Manuel Chaves como presidente de la Junta
de Andalucía para ir a Madrid a cubrir un cargo como vicepresidente
tercero del gobierno sólo un año después (!!!) de haber sido elegido en
las últimas elecciones andaluzas.
Por un lado, podría alegrarme de que
por fin alguien que ha estado durante 19 años como presidente de la
Junta de Andalucía se vaya. Creo que la mayoría lo estaba deseando por
higiene democrática, y el hecho de que en encuestas internas del PSOE
se estaba evidenciando su fuerte desgaste ha ayudado a que se
precipiten los acontecimientos.
Pero por otro lado, es evidente que el
momento que ha escogido Manuel Chaves para irse es el peor de todos los
posibles, es decir, en plena crisis económica y con una tasa de paro
que, según previsiones de Unicaja, en Andalucía podría al 27% a finales de este año.
Los datos son clarificadores: se va con
la misma tasa de desempleo que había cuando llegó en 1990, con un
retroceso de tres puntos en renta per cápita al pasar del 77,4% de la
media nacional en 1990 al 74,6% de hoy (según datos del INE), y todo después de recibir 150.000 millones de euros de fondos de la Unión Europea.
Desde luego, Manuel Chaves con esta
acción es coherente con todo lo que ha hecho en sus 19 años de
gobierno. Siempre puso los intereses propios de su partido, el PSOE,
por encima de los de Andalucía. Lo de ahora no es más que un colofón a
su trayectoria. No se lo piensa a la hora de abandonar Andalucía para
intentar salvarle el cuello a un Zapatero que está al límite tras el
fracaso de sus medidas anticrisis, tras quedarse sin apoyos en el
Congreso y con el “fastasma” de las elecciones anticipadas cada vez más
cerca.
Ahora, para más Inri, nos dejan en
Andalucía a José Antonio Griñán como nuevo Presidente de la Junta de
Andalucía, como el nuevo títere sumiso a las órdenes que provengan de
la calle Ferraz y con nulo espíritu reivindicativo. Nos dejan con un
presidente elegido a dedo para un periodo de tres años (!!!) y con eso,
creen, tenemos que contentarnos.
Veo absolutamente necesario la convocatoria urgente de elecciones anticipadas (y separadas).
No es aceptable el desprecio de Chaves al preferir ser un “tercerón” de
un gobierno en crisis a ser Presidente de Andalucía, no es aceptable
que tengamos que tragar con un gobierno designado a dedo para un
periodo tan largo y más teniendo en cuenta la situación extrema en lo
económico y en lo social.
Hoy en Sevilla ha habído un gran derroche de novelería, uno de los más grandes que se recuerdan. Y sí, reconozco que yo también he pecado y he participado en él. Por si alguien todavía está despistadillo, le recuerdo que hoy se inauguraba el metro de Sevilla y media ciudad, y su correspondiente media área metropolitana, estaban en él.
No es para menos, 40 años han pasado desde que se comenzó a hablar de un transporte metropolitano en Sevilla. Principalmente en los años 80 y 90 hubo parones al proyecto sangrantes de los que el partido que ostenta el gobierno cuyo logo está en cada rincón del metro no se libra.Os recomiendo este enlace de la página www.sevilla21.com para conocer brevemente la historia del metro de Sevilla.
En cualquier caso, ya lo tenemos... y de los metros en que he estado (Madrid, Barcelona y Londres) no he visto más gente metida en mi vida. Cuando estaba allí se me vino a la mente la imagen de esos trabajadores japoneses empujando a la gente en las puertas.
Yo me metí en la estación de Nervión, que no es de las más grandes. Desde allí hasta Mairena atravesando media Sevilla, pasando por debajo del río y por la inacabada estación de la Puerta Jerez (en septiembre si Dios quiere con permiso de la Junta).
En el trayecto un cámara de Canal Sur entró, y apenas pudo grabar nada, exceptuando las cabezas de todos los que estábamos allí metidos. Habiendo llegado a Mairena, y siendo ésta la última parada, la conductora del tren tenía que cambiarse de cabina de un extremo a otro. Tantas personas estábamos en los vagones que hasta la conductora no podía salir de la cabina y tuvo que pedir por megafonía que se bajaran algunas personas para poder ella salir.
Y es que los sevillanos nos apuntamos a un bombardeo. Sevilla, siempre Sevilla... ¡y con mucho orgullo!
Esta semana los gobiernos central y autonómico del PSOE han cerrado (¿?) la cuantía total de la famosa ‘deuda histórica de Andalucía’ en 1.204 millones de euros. A mi juicio, un colosal insulto a todos los andaluces.
Antes dije lo de ‘famosa’, y desde luego lo es, pero a pesar de serlo muchos andaluces no saben a qué se refiere exactamente. Algo por otro lado, muy propio de esta tierra que, desgraciadamente, vive demasiadas veces ajena a su propia historia y a sus propios intereses.
Para entenderla hay que retrotraerse un cuantos años atrás, más concretamente al franquismo. Durante los 40 años que duró la dictadura, Andalucía sufrió un auténtico expolio de sus recursos y de sus tributos, fue empobrecida desde el punto de vista industrial, educativo, social, en infraestructuras, etc. nos hicieron caminar, en definitiva, hacia un mayor subdesarrollo. Y todo esto fue producto de un sistemático y consciente abandono en favor de otros territorios, más concretamente de Madrid, País Vasco y Cataluña (hay cosas que nunca cambian).
Teniendo esto presente, los padres y redactores del primer Estatuto de Autonomía de Andalucía entendieron que partíamos con mucha desventaja, por lo que, tras una gran lucha política finalmente pudieron incluir en éste la Disposición Adicional Segunda que decía lo siguiente:
“1.- Dadas las circunstancias socioeconómicas de Andalucía, que impiden la prestación de un nivel mínimo en alguno o algunos de los servicios efectivamente transferidos, los Presupuestos Generales del Estado consignarán, con especificación de su destino y como fuentes excepcionales de financiación, unas asignaciones complementarias para garantizar la consecución de dicho nivel mínimo.
2.- Los criterios, alcance y cuantía de dichas asignaciones excepcionales serán fijados para cada ejercicio por la Comisión Mixta paritaria Estado-Comunidad Autónoma a que se hace referencia en el apartado 2 de la Disposición transitoria sexta.”
La aceptación del Estatuto y, por consiguiente, de la Disposición Adicional Segunda por parte de la Cortes y del Gobierno Central supuso una conquista histórica por cuanto que el Estado Español reconoció su responsabilidad en el abandono político que Andalucía sufrió durante el antiguo régimen franquista y el bajísimo nivel que, por lo tanto, teníamos en infraestructuras básicas y en bienestar de la población.
Pero todo parece que se olvidó de pronto, o quizá, algunos hicieron que se olvidara. Durante los 14 años de gobierno de Felipe González no se escuchó ni una sola reclamación por parte del gobierno andaluz en relación a la deuda histórica. Sólo salió del baúl de los recuerdos cuando al señor Chaves y a su queridísimo Partido Socialista Obrero Español le convenía armar algo de ruido para así hacerle oposición desde Andalucía al entonces presidente “popular” José Mª Aznar, que por cierto, fue el primer presidente que pagó un anticipo de la deuda histórica (resalto esto no porque Aznar sea santo de mi devoción, sino para remarcar que el PSOE no pagó nada).
Después llegó la era Zapatero. Éste pagó otro adelanto, y en la reforma del estatuto andaluz se fijó una fecha para el cobro de la susodicha deuda. Chaves evidentemente bajó el tono de sus exigencias y, entre otras cosas, se negó a que fuera el parlamento quien calculara la cuantía mediante un estudio riguroso y serio. La Junta la estimó por su cuenta entre 1.100 y 1.700 millones de euros. Al final han sido 1.200, es decir, que incluso ateniéndonos a su horquilla, la han cerrado a la baja.
Qué diferencia con los catalanes, ellos sí saben cómo defender su tierra. No hay más que recordar lo que pasó cuando CiU y PSOE cerraron el acuerdo sobre el estatuto de Cataluña. En una sola noche de reuniones el gobierno se comprometió a pagarles 3.000 millones de euros en concepto de una supuesta ”deuda histórica” que el estado tenía con Cataluña y de la que nadie hasta esa noche había oído hablar. Y nosotros esperando tres décadas para que no nos den ni la mitad de eso.
Los obispos se arremangan la sotana y salen a la calle. Perfecto, en su
derecho están a llamar a la movilización de sus seguidores. Me alegro
de que esto sea lo normal, así debe ser.
Otra cosa
es que utilicen la demagogia barata en su campaña, insultan la
inteligencia del receptor de la misma. Y bajando a su nivel se puede
poner divertida la cosa:
... Fijaos
bien en el cartelito. Aparece un niño de varios meses, que ya gatea,
junto a un cachorro de lince, como si lo que está en juego fuese que,
gracias a la Ley del Aborto, no es que vayamos a liquidar fetos, sino
que podemos matar a niños de un año que ya gatean, mientras perdemos el
tiempo en salvar una especie amenazada, una especie de otro animal,
para colmo, muy diferente por cierto a la de los curas, un animal
bellísimo y noble, el lince, que jamás, que se sepa, ha colaborado en
el asesinato masivo de linces infieles en las Cruzadas, una especie que
jamás levantó una hoguera para quemar linces brujas, una especie que
jamás habría mirado hacia otro lado mientras se gaseaba a millones de
linces judíos, una especie que vive en Doñana y que caza para vivir, y
no como esa otra que vive en palacios episcopales y caza para afianzar
su poder.
...
La cosa no es aborto sí / aborto no. Los abortos no son
buenos y hay que educar para erradicarlos, educar en una conducta
sexual sana, segura y responsable.
Y, como
abortos tiene que haber, siempre los ha habido y siempre los habrá, pues esos casos
tratarlos desde el respeto máximo y la ayuda a la mujer. Sin obligarla
a prácticas ilegales y poco salubles. Sin humillaciones. Sin hacerle la
vida imposible. Dentro de unos tiempos que se estudien y donde esté claro
que el feto no puede tener vida independiente y no tiene
consciencia. ¡¡Una puta ley de plazos, joder!!
Para más inri, nunca mejor dicho:
El
día después El Papa Benedicto XVI nos ofrece unas declaraciones en las
que afirma que el preservativo no sólo no es la solución al SIDA sino
que agrava el problema. Por ahí ya no. Por ahí ya no paso.
Que
una persona con el cargo institucional que ostenta este señor se
dedique a decir estar gilipolleces (por mucha infalibilidad pontificia
y palomita buena onda que lo aconseje) sería digno de una reacción en
cadena de todos los agentes politico-sociales de occidente mandándolo a
tomar por culo cuanto menos. Dicho mal y pronto, que es como se merece.
Pensad todas las muertes que puede provocar estas declaraciones en
África. Me cago en su puta calavera.
Y
ya puestos, yo propondría a la Iglesia que obligase bajo pena de
excomunión y posterior condena eterna al infierno (que para algo lo han
restaurado) a todo aquel que utilizase medios anticonceptivos no
permitidos por ellos mismos que para eso legislan los temas de fe. Pero
de verdad, sin milongas.
Si
crees de verdad y sigues a la Iglesia, folla mal y poco. Tienes riesgo
de enfermedades venéreas pero como sólo lo puedes hacer con tu mujer
(una) y después de casarte... estará controlado. Y los hijos los que
nos mande Dios que no podemos interrumpir el embarazo.
Un nuevo 28F, uno más que pasará sin pena ni gloria. Cada vez que pasan los años
no sólo nos alejamos cronólogicamente de aquel mítico 28 de febrero de 1980,
sino que también nos alejamos del espíritu y del torrente de ilusión imperante
de aquel día.
Es evidente que Andalucía ya no es lo que era,
han cambiado muchas cosas. En general se podría decir que muchas cosas para
bien, ya que nuestro nivel de vida y de desarrollo es claramente superior al de
entonces.
Hay otras cosas, en cambio, que no cambian… como
el hecho de que Andalucía, a pesar del desarrollo de estos años, siga estando a
la cola del estado y de Europa en casi todos los rankings que algo tengan que
ver con la riqueza de un país.
Y sí, también hay cuestiones que están mucho peor
que en aquel 28 de febrero de 1980. Una de ellas, que quizá sea la que más me
duele, es la de la identidad andaluza. Como anteriormente dije, el torrente de
ilusión y de esperanza que suponía la autonomía ha ido desapareciendo a lo largo
de estos años. Los andaluces nos seguimos sintiendo como tal, pero no ejercemos
como deberíamos.
Los nacionalistas andaluces desaprovechamos la
oportunidad de encauzar la esperanza y las ganas que el pueblo andaluz tenía
hace 29 años. Se la entregamos en bandeja de plata al PSOE. Hoy la situación del
nacionalismo andaluz es la peor que ha tenido en toda la democracia. Por ello,
es el momento de estar más unidos que nunca, de la renovación máxima de imagen, de caras
y de la inclusión de nuevas ideas que conecten con la sociedad de
hoy.
Yo no veo como adversario político a
ningún nacionalista andaluz aunque esté en otro partido. Veo como
adversario a todo aquel que disfruta y está como cómodo con esta situación, al
bipartidismo que intenta apropiarse del mensaje andalucista, y a todo aquel que
todavía intenta dividirnos (incluso
dentro del nacionalismo andaluz) y así debilitarnos.
No es momento de perder la esperanza. Recuperemos
la ilusión.
En 1941 Orson Welles dirigió y protagonizó ‘Ciudadano Kane‘,
una película que está considerada como una de las grandes obras
maestras de la historia del cine. La innovación en los recursos
visuales y narrativos fue una aportación sensacional y sin precedentes
hasta entonces.
La película cuenta la vida de Charles Foster Kane,
un magnate de los medios de comunicación de finales del siglo XIX y
principios del XX, el cual, muere en su mansión no antes sin pronunciar
una última palabra aparentemente sin sentido: “rosebud“.
Un periodista se interesa por este hecho y con el objetivo de conocer
el significado de dicha palabra comienza una investigación con las
personas que vivieron y trabajaron con Kane.
Es curioso, pero en la red hay
divulgado un supuesto error de bulto que se atreve a afirmar que en la
escena en la que Kane pronuncia la palabra “rosebud” y
muere, nadie está en la habitación, por lo que nadie habría podido
escuchar la palabra en cuestión y, por lo tanto, el hilo conductor del
filme no tendría sentido.
No sé quien o quienes habrán difundido
ese bulo, pero de lo que estoy seguro es que no han visto la película
en su vida. Motivos: primero, la escena en la que Kane muere es un
primer plano, por lo que es imposible saber si en esa habiatación había
más gente o no; y segundo, casi al final de la película el mayordomo
encargado de la mansión de Kane dijo haber estado presente en su muerte.
En fin… volviendo a lo importante. El personaje de Charles Foster Kane está inspirado en William Randolph Hearst
que, además de ser un gran magnate de los medios de comunicación dueño
de innuberables periódicos a lo largo y ancho de EEUU, fue como así
decirlo el inventor de la prensa amarilla.
Tan influyente fue su legión de
periódicos, todos impregnados de su peculiar “estilo” periodístico, que cambió el rumbo de la historia. Más concretamente me refiero al
incidente ocurrido con el buque norteamericano ‘Maine’ en 1898, y que desencadenó posteriormente en la guerra de Cuba entre EEUU y España, y que terminó con la pérdida por parte de España de la última colonia que le quedaba en América.
Fueron los incendiarios titulares de
sus medios los que alimentaron la falsa noticia de que el hundimiendo
del ‘Maine’ fue provocado por España, cuando en realidad fue un
desafortunado accidente en el que ésta no tuvo nada que ver.
Hearst no estaba demasiado contento con
que Orson Wells hiciera una película cuyo personaje principal estuviera
inspirado en él. De hecho, hizo todo lo que tuvo en su mano para
impedir que el filme viera la luz. No es para menos. Orson Welles no
sólo le hacía una feroz crítica a su persona y a sus métodos sino que
además no se le ocurrió otra cosa que escoger como hilo conductor
principal de la historia una palabra concreta, “rosebud“, que era nada más y nada menos el apelativo cariñoso con que Hearst llamaba a cierta parte íntima de su amada.