
Hoy en Sevilla ha habído un gran derroche de novelería, uno de los más grandes que se recuerdan. Y sí, reconozco que yo también he pecado y he participado en él. Por si alguien todavía está despistadillo, le recuerdo que hoy se inauguraba el
metro de Sevilla y media ciudad, y su correspondiente media área metropolitana, estaban en él.
No es para menos, 40 años han pasado desde que se comenzó a hablar de un transporte metropolitano en Sevilla. Principalmente en los años 80 y 90 hubo parones al proyecto sangrantes de los que el partido que ostenta el gobierno cuyo logo está en cada rincón del metro no se libra.Os recomiendo
este enlace de la página
www.sevilla21.com para conocer brevemente la historia del metro de Sevilla.
En cualquier caso, ya lo tenemos... y de los metros en que he estado (Madrid, Barcelona y Londres) no he visto más gente metida en mi vida. Cuando estaba allí se me vino a la mente la imagen de esos trabajadores japoneses empujando a la gente en las puertas.
Yo me metí en la estación de Nervión, que no es de las más grandes. Desde allí hasta Mairena atravesando media Sevilla, pasando por debajo del río y por la inacabada estación de la Puerta Jerez (en septiembre si Dios quiere con permiso de la Junta).
En el trayecto un cámara de Canal Sur entró, y apenas pudo grabar nada, exceptuando las cabezas de todos los que estábamos allí metidos. Habiendo llegado a Mairena, y siendo ésta la última parada, la conductora del tren tenía que cambiarse de cabina de un extremo a otro. Tantas personas estábamos en los vagones que hasta la conductora no podía salir de la cabina y tuvo que pedir por megafonía que se bajaran algunas personas para poder ella salir.
Y es que los sevillanos nos apuntamos a un bombardeo. Sevilla, siempre Sevilla... ¡y con mucho orgullo!