Esta semana los gobiernos central y autonómico del PSOE han cerrado (¿?) la cuantía total de la famosa ‘deuda histórica de Andalucía’ en 1.204 millones de euros. A mi juicio, un colosal insulto a todos los andaluces.
Antes dije lo de ‘famosa’, y desde luego lo es, pero a pesar de serlo muchos andaluces no saben a qué se refiere exactamente. Algo por otro lado, muy propio de esta tierra que, desgraciadamente, vive demasiadas veces ajena a su propia historia y a sus propios intereses.
Para entenderla hay que retrotraerse un cuantos años atrás, más concretamente al franquismo. Durante los 40 años que duró la dictadura, Andalucía sufrió un auténtico expolio de sus recursos y de sus tributos, fue empobrecida desde el punto de vista industrial, educativo, social, en infraestructuras, etc. nos hicieron caminar, en definitiva, hacia un mayor subdesarrollo. Y todo esto fue producto de un sistemático y consciente abandono en favor de otros territorios, más concretamente de Madrid, País Vasco y Cataluña (hay cosas que nunca cambian).
Teniendo esto presente, los padres y redactores del primer Estatuto de Autonomía de Andalucía entendieron que partíamos con mucha desventaja, por lo que, tras una gran lucha política finalmente pudieron incluir en éste la Disposición Adicional Segunda que decía lo siguiente:
“1.- Dadas las circunstancias socioeconómicas de Andalucía, que impiden la prestación de un nivel mínimo en alguno o algunos de los servicios efectivamente transferidos, los Presupuestos Generales del Estado consignarán, con especificación de su destino y como fuentes excepcionales de financiación, unas asignaciones complementarias para garantizar la consecución de dicho nivel mínimo.
2.- Los criterios, alcance y cuantía de dichas asignaciones excepcionales serán fijados para cada ejercicio por la Comisión Mixta paritaria Estado-Comunidad Autónoma a que se hace referencia en el apartado 2 de la Disposición transitoria sexta.”
La aceptación del Estatuto y, por consiguiente, de la Disposición Adicional Segunda por parte de la Cortes y del Gobierno Central supuso una conquista histórica por cuanto que el Estado Español reconoció su responsabilidad en el abandono político que Andalucía sufrió durante el antiguo régimen franquista y el bajísimo nivel que, por lo tanto, teníamos en infraestructuras básicas y en bienestar de la población.
Pero todo parece que se olvidó de pronto, o quizá, algunos hicieron que se olvidara. Durante los 14 años de gobierno de Felipe González no se escuchó ni una sola reclamación por parte del gobierno andaluz en relación a la deuda histórica. Sólo salió del baúl de los recuerdos cuando al señor Chaves y a su queridísimo Partido Socialista Obrero Español le convenía armar algo de ruido para así hacerle oposición desde Andalucía al entonces presidente “popular” José Mª Aznar, que por cierto, fue el primer presidente que pagó un anticipo de la deuda histórica (resalto esto no porque Aznar sea santo de mi devoción, sino para remarcar que el PSOE no pagó nada).
Después llegó la era Zapatero. Éste pagó otro adelanto, y en la reforma del estatuto andaluz se fijó una fecha para el cobro de la susodicha deuda. Chaves evidentemente bajó el tono de sus exigencias y, entre otras cosas, se negó a que fuera el parlamento quien calculara la cuantía mediante un estudio riguroso y serio. La Junta la estimó por su cuenta entre 1.100 y 1.700 millones de euros. Al final han sido 1.200, es decir, que incluso ateniéndonos a su horquilla, la han cerrado a la baja.
Qué diferencia con los catalanes, ellos sí saben cómo defender su tierra. No hay más que recordar lo que pasó cuando CiU y PSOE cerraron el acuerdo sobre el estatuto de Cataluña. En una sola noche de reuniones el gobierno se comprometió a pagarles 3.000 millones de euros en concepto de una supuesta ”deuda histórica” que el estado tenía con Cataluña y de la que nadie hasta esa noche había oído hablar. Y nosotros esperando tres décadas para que no nos den ni la mitad de eso.
Villa Alegría