 El Grupo Gallardo, grupo empresarial
extremeño en la órbita del PSOE de Extremadura, tiene previsto
construir en la comarca pacense de Tierra de Barros una refinería de
petróleo a pesar el rechazo de numerosas asociaciones sociales,
políticas y ecologistas.
El proyecto incluye la construcción de
un oleoducto desde la propia refinería hasta la costa de Huelva, cuyo
trazado atravesaría los términos municipales de numerosos pueblos de
las provincias de Sevilla y Huelva. Más concretamente y entre otras
cosas, atravesaría espacios naturales protegidos, vias pecuarias y
acuíferos subterráneos de alto valor ecológico. Por no hablar de los
efectos negativos que tendría en las actividades agrícolas, ganaderas y
turísticas de la zona. Una vergüenza, vaya.
Teniendo en cuenta que los gobiernos de
la Junta de Extremadura y de la Junta de Andalucía apoyan la
construcción de la refinería y del oleoducto, quizá el mejor camino
evitarlo sea el convencer a los representates políticos de los pueblos
afectados por el paso del oleoducto, mediante presión social y
política, de la gran cantidad de efectos negativos que tendría y de la
inexistencia de efectos positivos para ellos. De hecho, ya son
numerosos los alcaldes que están en contra del paso del oleoducto por
su término municipal.
Si tapamos la salida al mar del
oleoducto, el proyecto de refinería del Grupo Gallardo moriría de
inmediato. Esperemos que así sea.
Villa Alegría
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