Cuando el trabajo me lo permite, de lunes a viernes de 4 a 5 de la tarde suelo escuchar un programa de cine en Radio 3 llamado
"El Séptimo Vicio". Es un programa hecho por y para cinéfilos, lo que provoca que a veces me pierda con nombres de películas, de actores o de directores que para mí son desconocidos. Pero a pesar de ello en general, es bastante entretenido, y además, se aprende de cine. Os lo recomiendo.
Siempre me ha parecido muy curiosa la sintonía de este programa. Es una canción bastante extraña en la que suena la voz de alguien, no cantando, sino tarareando a ritmo de la música. Llegué a pensar incluso que se trataba de una canción folclórica de algún país del este de Europa... pero nada más lejos de la realidad. Un día, bicheando por internet, pude conocer el origen y el significado de esta peculiar sintonía.
La melodía está tomada de la canción "Je cherche après titine" de un tal Léo Daniderff, el cual, se ganaba la vida en esto de la música en la primera mitad del siglo XX. Pero es la versión tan personal que Charles Chaplin realizó en la película "Tiempos Modernos" la que realmente pasó a ser conocida en el mundo del celuloide.
"Tiempos Modernos" es una de las primeras películas de la historia en las que se incluyó sonido. Esta es una película mixta en este sentido, es decir, que se combinan las partes mudas y las sonoras. En concreto, la escena en la que Chaplin canta esta canción es el primer documento sonoro que se tiene de su voz en una película.
En el film, Chaplin trabaja de camarero en un restaurante y en determinado momento se ve obligado a actuar ante el público y a cantar "Je cherche après titine". Como váis a poder ver a continuación en el vídeo, nuestro amigo no se sabía demasiado bien la letra por lo que optó por apuntarsela en los puños de la camisa.
Parecía un buen plan, pero en un arrebato del baile los susodichos puños salen volando. Ante la catástrofe que se le venía encima no se le ocurrió otra cosa que cantar mezclando palabras sin sentido, resultando con ello un idioma inventado a medio camino entre el francés, el alemán, el italiano y el inglés que al público finalmente fascinó.
A esta canción se la conoce como "la canción sin sentido" ("nonsense song" en inglés) y ha pasado a la historia del cine. Normal, entonces, que en "el séptimo vicio" hayan hecho su propia versión a modo de homenaje.