
Quería, mediante este artículo, rendir homenaje a uno de esos futbolistas que ennoblecen este bello deporte.
Ivica Dragutinovic.
A muchos de vosotros no os sonará el nombre de este Serbio que hace unos tres años llegó desde Bélgica para "rellenar" la defensa de un gran (todavía entonces en construcción) equipo. Para suplir el hueco que debaja en su traición Sergio Ramos.
Como todos los futbolístas (jugadores de deportes de equipos en general) criados bajo el manto de la antigua Yugoslavia, Dragutinovic entiende perfectamente aquello de que por encima de lo personal está el bien general, es un competidor y ganador nato, profesa hacia los colores del club un respeto difícil de igualar. Hace piña y siente los colores más que muchos canteranos.
Ivica Dragutinovic se podía haber ido este verano a Inglaterra ha ganar muchísimo más dinero del que gana defendiendo la camiseta del Sevilla FC. No lo ha hecho. Muchas razones ha tenido para ello, deportivas y personales. Antepone el éxito deportivo, el calor de la afición, la ciudad que tanto disfruta y el bienestar familiar al preciado y maldito parné.
Dragutinovic hoy ha renovado con el Sevilla FC hasta el 2011, algún día me gustaría verlo lucir el brazalete de capitán, creo que se lo merece.
¡Grande Drago!