Desde hace muchos años ha habido innumerables voces que nos venían avisando de las graves consecuencias que para la salud de nuestro planeta podía provocar la acción irresponsable del hombre. Pero es ahora, y no antes, cuando parece que la sociedad y los propios gobiernos se han dado cuenta de que esos "cuentos" que nos contaban unos "pobres locos" eran ciertos.

Esta semana han transcendido dos noticias relacionadas con el medio ambiente que podrían considerarse como la cara y la cruz de esta cuestión. La cara sería la isla de El Hierro en Canarias, la cual, se va a convertir a final de 2009 en la primera isla del mundo en abastecerse sólo con energías renovables. En honor a la verdad habría que decir, que no es el mayor logro que se ha realizado en este campo, pero como digo, es bastante significativo y marca muy bien el camino a seguir.
La cruz la tenemos aquí en Andalucía, más concretamente en Huelva. Donde las factorías contaminates que en la época franquista se instalarón en la ría onubense sigue haciendo estragos. Esta semana Greenpeace se ha pasado por la balsas de fosfoyesos, que Fertiberia tiene en pleno término municipal, para medir su nivel de radioactividad. Efectivamente, el nivel de radioactividad es 29 veces superior a lo permitido.
Últimamente, por cuestiones laborales ando muy cerca de esta zona y paso varias veces por la Punta del Sebo que es donde está el monumento a la fe descubridora de Colón. Se supone que es el lugar más emblemático de Huelva, pero en vez de ésto, es en la práctica la puerta al gran polo químico y a las balsas de fosfoyesos.
Para darnos cuenta de la degradación progresiva de la zona, no hay nada más que ver en primer lugar las fotos de la misma Punta del Sebo cuando en ella todavía había playa, y ver a continuación, la imagen actual de una costa en la que la arena se ha vuelto negra y el baño está prohibido por culpa de la contaminación causada por el polo. ¿Hasta cuándo vamos a tener que aguantar esta situación?