Hay determinadas cuestiones extremadamente complejas, llena de matices y puntos de vista diferentes, que se tienden a considerar a la ligera por gran parte de la sociedad. Si algo hacen bien muchos políticos es, en dichas cuestiones alejarse de las decisiones populistas que más bien parecen salidas de las vísceras que del cerebro.
La clase política, que de todos los puntos de vista y consecuencias de las posibles decisiones debe ser consciente, tiene la obligación de guiar y "educar" a la opinión pública, mostrádole y explicándole las consecuencias de determinadas acciones políticas. Si los políticos se dejaran arrastrar por decisiones populistas mucho me temo que nos iría bastante peor, y leyes como la pena de muerte -por poner un ejemplo- estaría vigente en España.
Desgraciadamente, este ejercicio de responsabilidad política brilla por su ausencia últimamente en las filas del Partido Popular. Su posición en el proceso de paz, y en general, de la política antiterrorista es altamente irresponsable y carente de todo sentido de estado.
Es muy fácil y muy popular ponerse del lado de la mano dura contra los terroristas y el gobierno olvidándose de lo más importante, que es la estabilidad, la fortaleza y la unidad de los demócratas en pro de la paz. El PP se ha convertido en el partido españolista más anti-español de la historia reciente. Es el que trabaja más en favor de la división y la inestabilidad del estado, pues con sus decisiones sólo intenta saciar sus deseos de poder y de los que sólo piensan con las vísceras.
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