Es curioso que
en muchos lugares, por muy distintos que éstos sean, ocurren las mismas
cosas. Ejemplo de ello son los típicos enfrentamientos que surgen entre
pueblos, ciudades, comarcas, provincias o países vecinos.
En
el caso concreto de Andalucía, a veces la rivalidad entre ciudades y
provincias no es la común, sino que sobrepasa los límites de lo que
podríamos considerar como normal. La confrontación entre provincias es
evidente, la mayoría de ellas acusan a la sevillana de enriquecerse a
costa del resto y de centralismo. De la misma manera, las provincias
más orientales protestan por su mayor nivel de pobreza con respecto a
las occidentales, y por supuesto, culpan de todo ello al gobierno de la
Junta de Andalucía.
No
es de extrañar entonces que exista tanta desunión entre los andaluces,
y lo que es más grave, tanto odio. ¿Alguien conoce algún sevillano que
no haya recibido algún insulto de otro andaluz por el simple hecho de
ser de Sevilla? Todos estos enfrentamientos son desmesurados desde
luego. Pero la pregunta clave es: ¿Son tan graves los desiquilibrios y
el centralismo en Andalucía en comparación con otros territorios?
Vayamos
por partes, en Andalucía sí existen desiquilibrios. En términos
globales, la mitad occidental está más industrializada que la oriental,
y en general, las comarcas interiores son más pobres que las que están
más próximas a la costa o a las capitales de provincia. Eso sí, hay que
tener en cuenta que estos desiquilibrios no nacieron con la autonomía
hace 25 años, sino que ya venían existiendo desde hace decadas y desde
hace algún que otro siglo.
Parece
necesario recordar que en Andalucía tenemos autonomía, pero no
independencia. Eso significa que los dineros que aquí recibimos no
vienen sólo del gobierno andaluz, sino que también los recibimos del
español. En estos 25 años los gobiernos andaluces habrán disminuido o
acentuado levemente esas diferencias, pero los gobiernos españoles son
los máximos responsables sin ninguna duda, pues nos gobiernan desde
hace siglos. Entonces, ¿Por qué ese afán por demonizar únicamente a las
instituciones andaluzas?, ¿por qué nadie habla de la responsabilidad de
las instituciones españolas?
Por
otro lado, en Andalucía también existe centralismo. Pero insisto en la
idea de que no es comparable el centralismo de Sevilla con el de
Madrid, por ejemplo. Sevilla es un gran motor de la economía andaluza
que aporta gran riqueza al conjunto de Andalucía, y que además, lleva
17 años con un nivel de inversiones por debajo de la media andaluza. En
cambio Madrid, no es de los que más aporta al conjunto de España pero
recibe el 30% de las inversiones de los presupuestos generales del
estado (Si Madrid se lleva el 30% y Cataluña casi el 18%, el 52 nos
queda al resto).
¿La
rivalidad entre andaluces es proporcionada o es exagerada?, ¿es natural
o es provocada?, ¿a quién le podría interesar fomentar la rivalidad
para dividir a los andaluces?, ¿a quién le interesa que Andalucía
continue desunida?
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